IDENTIDAD DE LOS PUEBLOS
NEGROS.
RASGOS CARACTERISTICOS DE LOS PUEBLOS NEGROS.
Aunque la cultura negra
parece haberse diluido con el correr de los años y con la influencia de
culturas y costumbres diferentes, aún se conservan en estos pueblos de la costa
chica un gran número de componentes físicos, vocablos y tradiciones que se han
resistido a desaparecer.[1] En
cuanto a la composición racial, se logra apreciar que el negro es un individuo
de talla media, con muchas excepciones que alcanzan más de 1.70 metros, y muy
pocos que miden menos de 1.60; su color de piel generalmente es oscuro –aunque debido al mestizaje, algunos más
que otros-; el cabello chino es otra de las características, pero también
suelen encontrarse entre estos algunas personas de color preponderantemente
negro y con el cabello lacio –esto debido a la mezcla que se ha tenido con los
indígenas-.[2]
Algunas otras cosas que
hacen que el negro sea diferente a los demás son los procedimientos curativos,
su disposición artística (danzas, artes plásticas, pintura, etc.) y el
conocimiento que ya traían desde África en agricultura y pastoreo de animales
domésticos, algunos desconocidos para el indígena en aquel tiempo; Juntando a
todos estos su fuerza de trabajo y su espíritu de libertad e independencia.[3]
Otra de las cosas que se
considera parte del acervo característico del negro costeño, son los hábitos
motores que presentan las mujeres; desde
muy pequeñas son acostumbradas a cargar sobre la cabeza cualquier objeto o
recipiente sin ayudarse con los brazos,
así tenga que realizar grandes movimientos con el objeto cargado;
Aguirre Beltrán menciona que ésta práctica es muy común en el continente
africano;[4]
para no lastimarse la cabeza con éste, generalmente usan un rodete que forman
con un trozo de tela o manta enrollada conocido por ellas misma como ñyagual[5]
RELACIONES INTERETNICAS.
“Mientras que la Costa Chica
es hogar para muchos de los negros mexicanos, lo es también para algunos grupos
indígenas; Tal es el caso de los amuzgos y mixtecos costeños, ya en menor grado
encontramos a los tlapanecos y chatinos”.[6]
Hoy en día las relaciones sociales de los negros con éstas comunidades
indígenas (y algunas mestizas) se pueden considerar armoniosas –al menos en
términos generales- aunque también es cierto que no pocos conflictos existen
desde el pasado, sobre todo algunos prejuicios relacionados con la raza, con la
cultura y algunos pocos de clase social. Las relaciones que mantienen entre sí
los negros y estos grupos están muy formalizados, cada uno de estos se
relaciona con los otros grupos según reglas definidas.[7]
Cuando se trata de definir a
alguno de estos grupos el factor mayormente utilizado es el del lenguaje,
es para todos ellos el instrumento más
fácil y más preciso para darse cuenta si una persona es de esta o de otra
cultura; utilizar las características
socioculturales o raciales no es muy
común ya que en muchas ocasiones esto puede resultar ofensivo para la persona a
la que se refieren. A pesar de la escasa armonía que existe en estas relaciones
existen pugnas que tienen una muy larga historia, sobre todo entre negros y
mixtecos, estos no tienen más que raros contactos ya que para el mixteco, el
negro es una persona muy agresiva se ha oído decir a algunos mixtecos del poblado
de Jamiltepec:
“Los negros
nacieron para matar; son agresivos por naturaleza, tienen instinto criminal. No
todos, claro, pero por lo regular la gente morena es de un carácter muy fuerte,
muy violento… en los bajos donde viven los negros son donde hay más
asesinatos”.[8]
Las relaciones
que el negro mantiene con el mestizo son mejores que con los indígenas,
recordemos que desde su llegada a nuestro país el negro fue empleado de
confianza del patrón; pero también es un hecho, que actualmente
estas relaciones se tengan que mantener por intereses económicos, esto debido a
que en la mayor parte de los establecimientos comerciales son propiedad de
mestizos y es a quienes el negro tiene que vender sus productos agrícolas.
[1] Cf. MARTINEZ MONTIEL, Op., cit.,
p. 331.
[2] Cf. AGUIRRE BELTRAN, Op., cit.,
p. 71, 72.
[3] Cf., MARTINEZ MONTIEL, Op., cit.,
p. 515.
[4] Cf., AGUIRRE BELTRAN, Op., cit., p. 74.
[5] “Ñyagual: es un vocablo de
origen nahuatl que en la pronunciación que hace el negro es nasalizado, la voz correcta
es yagual y se traduce por cerco”. Ver: AGUIRRE BELTRAN Gonzalo, Op., cit, p.
74.
[6] VAUGHN Bobby. Op., cit.
[7] Cf., FLANET Veronique, viviré
si Dios quiere, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Méx. 1990,
p.143.
[8] Cf., FLANET Veronique, Op., cit., p. 148.
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