1. PRESENCIA DE LA CULTURA NEGRA EN MÉXICO:
1.1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS.
A lo largo de toda la historia universal,
y en la gran confusión que se vive en el mundo actual, el negro africano ocupa
una situación muy compleja,[1] se le
ha considerado como persona incapaz de civilización y con derechos inferiores a los de otras
culturas humanas, sobre todo por la europea, debido a éstas circunstancias la raza
negra ha sido tema de segundo término en el estudio de las razas humanas. Al
menos en nuestro país, la población negra ha recibido muy poca atención de
parte de los historiadores[2]; a
pesar de que la llegada de los negros a México se dio en el mismo tiempo de la
conquista, y por lo tanto con la llegada de los españoles.[3]
En tiempos de la “Conquista” del
continente americano por parte de los españoles, fue introducido a éste un gran
número de negros, que desde entonces hasta nuestros días siguen teniendo
presencia en nuestro continente. Esta población de origen africano se concentró
en cuatro zonas principales; el caribe fue la primera zona, Panamá la segunda,
Colombia y la parte norte de Ecuador constituyeron la tercera parte; quedando
en cuarto lugar Perú y México[4].
Estos negros fueron introducidos a nuestro continente por vías de la
esclavitud; desde su captura en Africa fueron tratados como animales, los
obligaban a realizar largos viajes en condiciones exageradamente inhumanas;[5] estos
viajes tenían una duración aproximada de un año y medio.[6]
Esta presencia del negro en nuestro
continente ha logrado constituirse como un elemento importante para la rica
pluralidad cultural de toda América; existiendo muchas manifestaciones
culturales que originalmente conservan algunos de los rasgos esenciales propios
del continente africano. También ha participado en la mezcla cultural que se
dio entre la cultura indígena, la europea y la del negro africano; mezcla que
ha originado un mestizaje cultural y biológico[7]
que desde mi propio punto de vista es el que prevalece en la mayor parte de
nuestro continente. Es obvio que el negro jugó y sigue jugando un papel
importante para el desarrollo cultural, sociológico y económico de la mayor
parte de los países de nuestro continente americano.
1.2.
LLEGADA DE LOS NEGROS A NUESTRO PAIS.
Según
el testimonio del antropólogo mexicano Gonzalo Aguirre Beltrán, los primeros
negros que llegaron a México fueron traídos por Hernán Cortés en 1519[8],
los nativos quedaron sorprendidos por su piel obscura, pues nunca antes habían visto
a un negro, ¡lo creyeron un dios![9]
Don Hernán traía consigo cuando menos a uno de éstos llamado Juan Cortés;
algunos de sus acompañantes cargaban con otras personas también de color. Se
cree que uno de estos negros llamado Juan Garrido, fue el primero que sembró
trigo en nuestro país. Otra de las personas que introdujo negros en México fue
el señor Pánfilo Narváez, dos de ellos conocidos por la historia de la
conquista: uno era bufón y el otro desembarcó con viruelas y las introdujo a
nuestro país, cosa que desencadenó una gran epidemia entre la gente nativa del
lugar.[10]
Aguirre Beltrán estima que hubo por lo menos seis negros que venían como
sirvientes de estas personas que tomaron parte en la conquista de nuestro país.
Posteriormente la introducción de negros a
nuestro país se convirtió en un hecho cotidiano, como es bien sabido la mano de
obra negra era fundamental para el desarrollo de las tierras recién
descubiertas. Estos primeros esclavos negros antes de ser introducidos a nuestro
país eran cristianizados en España y probablemente hablaban ya la lengua
española, a éstos se les conoce como esclavos latinizados por el contacto que ya habían experimentado con la
cultura europea. El catequizar a los negros antes de arribar al continente
americano era una necesidad de primer orden para los españoles, pues
consideraban que el negro proveniente directamente del Africa aparte de
practicar otras religiones, inculcaba hábitos y costumbres no cristianas a los
nativos del lugar.[11]
De esta manera tuvo que surgir una organización para la introducción de mano de
obra africana en el continente recién descubierto, empresa que alcanza plena
madurez en el último tercio del siglo XVI;[12]
la primera medida que se toma para la introducción de negros a nuestro
continente se da el 3 de septiembre de 1501, en la cual se le pedía al entonces
gobernador de la Isla Española que no permitiera la entrada de judíos, moros,
ni negros recién convertidos, favoreciendo de esta manera la entrada de negros
cristianos.[13]
Esta medida de seguridad en la
introducción de africanos a la Nueva España y muy a pesar de las exigencias de
parte del gobernador, no duró mucho tiempo en pie, pues al impedir la entrada
del negro proveniente directamente del Africa encarecía el precio de los
esclavos, además de que en el transcurso del tiempo la demanda de la mano de
obra esclavista había aumentado considerablemente hasta el punto de volverse
indispensable para el rápido desarrollo de La Nueva España.[14]
De esta manera, aparte de los negros latinizados, llegaron otros a México
conducidos directamente del Viejo Mundo por medio de los permisos otorgados por
el rey a un gran número de empleados que llegaban de Europa a la Nueva España a
ocuparse de su administración.[15] A
partir de entonces la presencia africana en empezó a ser numerosa; Aguirre
Beltrán considera que es muy difícil y casi imposible precisar el número exacto
de negros introducidos al país por la vía legal de las licencias y los asientos ya que era una cantidad muy
elevada.[16]
Debido a los altos costos de las licencias
para traer negros al Nuevo Mundo, empieza a darse el contrabando de mano de
obra africana y con ello nacen las entradas clandestinas;[17]
También existieron algunos esclavos negros llegados a la Nueva España en los
inicios de la colonia por las rebeliones y naufragios de los buques negreros y
muchos otros arribaron por la fuga de otras colonias europeas en América.[18]
El tráfico de esclavos, legal y
clandestino, funcionó de manera ordinaria y sin mucho obstáculo durante los
tres primeros siglos coloniales, la necesidad de mano de obra productiva, hizo
necesarios los permisos de importación y la posesión de asientos para
comerciantes extranjeros, quienes se encargaban de proveer de mano de obra
africana a las colonias recién conquistadas, lo cual facilitó en gran medida el
comercio de contrabando, ya que se entregaron permisos para entrar sin
dificultades en puertos mexicanos. Los únicos puertos legales para la entrada
de los negros a tierras americanas fueron Acapulco y Veracruz; en un principio
se utilizó también el puerto del río Pánuco y posteriormente el de campeche.[19]
[1] Cf. BOSCH Pedro (Dir), Las
razas humanas, Africa, América y Europa. España 1967. P. 164
[2] Los historiadores Carlos
Paredes Martínez y Blanca Lara Tenorio, en una recopilación de estudios
acerca de la población negra en nuestro
país, coordinados por la antropóloga Luz María Martínez Montiel, atribuyen esta
situación al hecho de que en México la historiografía se ha inclinado por la
historia política, la apología de las grandes figuras y acontecimientos, y que
por lo tanto no se han tomado en cuenta las grandes masas de la población. Cf.,
MARTINEZ MONTIEL Luz María, Presencia
Africana en México, Consejo Nacional pala la Cultura y las Artes, Méx.
1987, p. 19.
[3] Cf. Ibidem.
[4] GROSSI Verónica, La población
Negra en México, Google (buscador).
[5] Cf. MARTINEZ MONTIEL Luz María, Op., cit., p. 567.
[6] Cf. AGUIRRE BELTRAN Gonzalo, La
población negra en México, Obra Antropológica II, Fondo de Cultura
Económica, Méx. 1989, p. 31.
[7] Cf. MARTINEZ MONTIEL Luz María, Op., cit., p.337.
[8] Cf. AGUIRRE BELTRAN Gonzalo,
Op., cit. p. 19.
[9] Cf. VAUGHN Bobby, Negros en
México, Google (buscador).
[10] Cf. AGUIRRE BELTRAN Gonzalo, Op., cit., p. 19-20.
[11] Cf. AGUIRRE BELTRAN Gonzalo, Op., cit., p. 20.
[12] Cf. AGUIRRE BELTRAN Gonzalo, Op., cit., p. 29.
[13] Cf. Ibidem.
[14] Cf. AGUIRRE BELTRAN, Op., cit., p.16.
[15] Cf. AGUIRRE BELTRAN, op., cit., p.20.
[16] Asiento: Es un término del
derecho público español que designa cada contrato hecho, con propósitos de
utilidad pública y para la administración de un servicio pública, entre el
gobierno español e individuos particulares. Cf. AGUIRRE BELTRAN, Op., cit.,
p.21.
[17] Cf. AGUIRRE BELTRAN, Op.,
cit., p. 25.
[18] Estos se dedicaban principalmente a la cría de ganado en las costas
del Pacífico, Aguirre Beltrán hace mención de que estos negros vaqueros fueron
los que poblaron en mayor cantidad la Costa Chica de Guerrero y de Oaxaca. Nos
dice que eran esclavos huidos de su y la ciudad de Atlixco Puebla; al ser
perseguidos por sus amos buscaron el protector aislamiento de la costa. Cf.,
AGUIRRE BELTRAN, Op., cit.
[19] Cf. MARTINEZ MONTIEL Luz María, Op., cit., p. 467.
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