lunes, 5 de marzo de 2012

COSMOLOGIA DE LOS PUEBLOS NEGROS (3)


1.3. UBICACIÓN Y TERRITORIO DE LOS PUEBLOS NEGROS.



1.3.1. ESTADOS DE NUESTRO PAIS EN LOS QUE HA PREVALECIDO LA CULTURA NEGRA.

     Actualmente la presencia del negro en los estados que conforman la república mexicana es difícil de percibir –excepto en  los estados de Oaxaca, Guerrero y Veracruz- pero esto no quiere decir que no hayan jugado un papel primordial en el mestizaje del mexicano actual. Es cierto que numéricamente siempre fueron minoría respecto a la población indígena, pero en términos laborales el negro tuvo un destacado papel como fuerza de trabajo en  la mayor parte de las áreas de producción de nuestro país;[1] esta participación prácticamente en todos los estados de la república nos hace pensar que sus huellas tanto culturales como biológicas siguen presentes en éstos.

     Luz María Martínez Montiel, una de las pocas personas que se ha dado a la tarea de profundizar en el estudio de la población negra en nuestro país, con gran esfuerzo y dedicación ha logrado llevar a cabo una recopilación de estudios de grandes etnólogos y antropólogos de México, acerca de la presencia africana en nuestro país; hace una recopilación de nueve trabajos de investigación monográfica fundamentados en  las fuentes de archivos y bibliografía existentes, en los cuales se aborda esta presencia de la población africana en tiempos de la colonia, cada uno de estos trabajos nos presenta la presencia de la gente negra en muchos estados que actualmente conforman la República Mexicana; como son el estado de Puebla, Michoacán, Guanajuato, Nuevo León, Colima, Campeche, Tabasco, Tamaulipas y el estado de Veracruz.[2]

      Gonzalo Aguirre Beltrán en sus estudios antropológicos toca detalladamente los puntos principales en los que se concentra actualmente la población negra de México; los estados de Oaxaca, Guerrero y Veracruz. Hace mención de que en 1570 la población negra –según datos censales- superaba los 18,569 esclavos, repartidos en los obispados de México, Tlaxcala, Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Yucatán y Chiapas;[3] agregando a estos los negros huidos y cimarrones que él ha calculado en 2000 para mantener así la cifra de 20,569 negros, sin embargo, él mismo admite que estas cifras pueden quedar muy cortas al número real de negros introducidos a nuestro país en la época colonial.[4]



     En el estado de Puebla la población negra en tiempos de la colonia se concentró principalmente en los Valles Centrales; Miguel Zerón Zapata               –primer cronista de la ciudad de Puebla- señala algunos casos de la población de color existentes en esta región,[5] otros lugares en los cuales se registró un buen número de negros, según los historiadores Carlos Paredes Martínez y  Blanca Lara Tenorio, es  donde se instalaron ingenios y trapiches, en las poblaciones de Izúcar, Tepeojuma, Chietla y Coxcatlán.[6]

     En Michoacán los negros (esclavos y libres) se concentraron principalmente en el bajío, tierra caliente y las costas del estado; esto lo constata una recopilación de testimonios que nos ofrece un panorama general del avance e integración agrícola del negro; principalmente en el cultivo de la caña de azúcar, los obrajes y el servicio doméstico en los centros urbanos.[7] También existieron negros libres que atraídos por el estilo de vida novohispana, eran poseedores de cierto poderío y solvencia económica, agrupados en cofradías; además de cimarrones y vagabundos contra los cuales la corona española expediría y elaboraría todo un marco jurídico y legislativo, con el afán de someterlos al orden colonial.[8]

     La presencia del negro en el estado de Guanajuato tuvo mucha influencia en el desarrollo del mismo; al igual que en los estados ya mencionados el trabajo de estos fue encaminado principalmente a los servicios domésticos, a la agricultura, actividades ganaderas, a la minería y en diversas artesanías.[9] La historia nos señala a los negros existentes en Guanajuato como personas de no muy buena reputación; creo que esto se debió en gran medida al hecho de que muchos de los habitantes guanajuatenses de origen africano fueron liberados muy temprano desde el siglo XVI, entonces, como hombres libres participaron de la vida cotidiana, se hicieron de algunas propiedades, usaron caballo y portaron armas,  y debido quizás al maltrato experimentado anteriormente de parte de sus amos, promovieron pleitos con los españoles.[10]

     A finales del siglo XVI y principios del XVII, la zona central de lo que hoy es el estado de Veracruz contaba con un medio físico favorable para las actividades que los colonizadores venían desarrollando; la región central del estado se constituyó como un territorio importante  en la formación de haciendas vinculadas a la producción de azúcar, granos y ganados, actividades que en su mayor parte eran realizadas por esclavos negros.[11] En esta región se logran percibir algunas manifestaciones culturales de procedencia africana, así como los nombres de algunas poblaciones: Cerro del Congo, Rincón de los Negros, Guarumbo, Gimba, Valle de Mozambique,  mozomboa y El Coyolillo;[12] éste último según estudios realizados por el historiador Alfredo Martínez Maranto, es una población que en su mayoría  conserva rasgos evidentemente negroides que los hacen ser diferentes de los demás, actualmente los habitantes de “El Coyolillo”[13] manifiestan una clara noción de las diferencias raciales entre ellos y los habitantes de varios poblados aledaños, ellos mismos hacen alusión al hecho cuando dicen ser “cubanos”[14]. Cabe mencionar que esta comunidad conserva muchos rasgos culturales de origen africano que también se hacen visibles en la Costa  Chica de Guerrero y de Oaxaca, tal es el caso del parentesco y familia.[15]

     En este apartado nos hemos limitado a mencionar sólo algunos de los estados en los cuales los negros han tenido una importante participación en el desarrollo de los mismos, para conocer a grandes rasgos la ubicación geográfica que estas personas ocuparon a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional. Nos hemos permitido dejar para el siguiente apartado los estados  de Oaxaca y Guerrero que son –por así decirlo- el punto central de nuestro estudio.




[1] Cf. MARTINEZ MONTIEL Luz María, Op., cit.,   p. 48.
[2] Cf. MARTINEZ MONTIEL, Op., cit, p. 11.
[3] Cf. MARTINEZ MONTIEL, Op., cit., p. 207.
[4] Ibidem.
[5] Cf. MARTINEZ MONTIEL Luz María, Op., cit.,  p. 23. “Cuando narra cómo fue fundado el convento de Santo domingo por los religiosos, indica que en su iglesia había dos capillas, una de los indios, dedicada a la virgen del Rosario y la otra de los morenos, dedicada a Nuestra Señora de la Piedra. Dicha iglesia tenía una entrada especial para los morenos y pardos, a un lado de la misma”.
[6]Cf. MARTINEZ MONTIEL, Op., cit. p. 39.
[7]Cf. MARTINEZ MONTIEL, Op., cit, p. 81.
[8] Cf. Ibidem.
[9] Cf. MARTINEZ MONTIEL, Op., cit, p. 157.
[10] Cf. MARTINEZ MONTIEL, Op., cit., p. 158.
[11] Cf. MARTINEZ MONTIEL, Op., cit., p. 526.
[12] Cf. MARTINEZ MONTIEL, Op., cit., p. 529.
[13] Históricamente esta comunidad ha estado integrada a una amplia región cañera del estado de Veracruz, se localiza a 21 km. De Jalapa, ciudad capital del estado. Según datos estadísticos en 1998 contaba con una población aproximada de 1819 habitantes. Cf., MARTINEZ MONTIEL, Op., cit.     P. 31.
[14] Según Alfredo Martínez Maranto, se debe al hecho de que los habitantes de la población desconocen en gran medida la larga historia de sus ancestros, si bien circula algo de información obtenida del exterior en el sentido de que sus ancestros llegaron de Africa, la comunidad en su conjunto no mantiene ningún lazo consciente de ese hecho; sus características físicas negroides son atribuidas a la migración cubana en estas regiones. Cf. Ibidem.
[15] A las personas de avanzada edad o que han alcanzado un lugar relevante dentro de la comunidad se les acostumbra llamarles tío o tía según el sexo, se tenga o no se tenga con ella un vínculo consanguineo. Cf. AGUIRRE BELTRAN Gonzalo, Cuijla, Esbozo etnográfico de un Pueblo Negro, Obra Antropológica VII, Fondo de Cultura Económica, México 1995.

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